ESCUELA DE OFICIALES DE
LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ
INFORME DE LECTURA N°01LÓGICA
CASO: “LA MUERTE DE LUIS
BANCHERO ROSSI”
APELLIDOS Y NOMBRES: …AMAO VENTURA WALTER
JOHNNY .
AÑO: PRIMERO. Sección: “A”. N° de
Orden:20 Fecha: 07/10/2013.
Catedrático: Mg.DANTE
ARTURO HURTADO SARAVIA.
I. PRESENTACIÓN DEL CASO:
, “Lucho” Banchero,
a quien sus familiares llamaban “Lulo”. El mismo joven que diez años antes
había sido enviado de la casa paterna en “El Carrión” en Tacna, a la casa de su
tío Benito Rossi en Trujillo, para estudiar y recibirse de ingeniero.
El mismo joven que vendía jabones hechos en casa y que un día le dijo a su
prima Alicia: “en este país la plata está botada, sólo hay que recogerla. Si
solo me dejaran hacer...”.
El mismo joven que
“tuteaba” a sus mayores; que aprendió a manejar automóvil con su prima Alicia;
quien a su vez le enseñó también a bailar vals criollo y marinera; a tomar
“amarrando el macho” y a fumar con “moderación”, y con la que se metió en el
comercio del alcohol y en la venta de melaza, comprándose para ello una
camioneta pick up para poder ir a vender esos y otros productos a lugares tan
distantes como Huancayo, Juliaca, Arequipa y las serranías de Lambayeque, La
Libertad, Huanuco y Cajamarca, haciendo de Productos y Forrajes S.A. la empresa
más activa del mundo, tanto que hacía peligrar la supremacía de la prestigiosa
“Bryce, Grace &Co” del Callao, una de las principales
comercializadoras de alcohol en el Perú.
El mismo joven que
asociado con Carlos A. Manucci, Donald Prousman y Fortunato Eleorraga,
curtidos hombres de negocios norteños, establecieran Importadora Trujillo S.A.,
para la comercialización de automóviles, llantas, baterías y sobretodo
Lubricantes Kendall, con verdaderos records de ventas a nivel
nacional.
El mismo
“Lucho” Banchero que a su paso por Chimbote, vio que todo su
prometedor futuro estaría vinculado sólo con el mar y que todo lo que hiciera
para adelante no rompería nunca esa cerrada vinculación. Así lo comprendió
Daniel Santos Castro, curtido pescador chimbotano conocido como “Cara
de Papa”, el día que lo conoció y lo invitó a tomarse unos tragos para
enterarse de “cómo iba”, de “cómo se hacía” el negocio de la pesca. (Dialogo).
Eso fue lo que lo
animó a invertir su dinero y el de su socio Manucci en la compra de
una pequeña fábrica conservera que andaba mal administrada y tenía deudas con
el Banco Popular, la Pesquera Chiclayo, ubicada en la zona de San José. Su
rostro resplandecía cuando le comunicó a “Cara de Papa” que había comprado la
fábrica en remate y que esta ya era toda suya, llamándola Pesquera Florida S.A.
(Dialogo).
Hasta aquí el joven
“Lucho” Banchero tenía aún una buena participación en las empresas ya
mencionadas, y no sólo eso sino que estaba en todas. Vendía Alcohol, forrajes
con melaza, lubricantes, tractores, repuestos, a la vez que iba aprendiendo del
negocio de la pesca, compraba pescado, vigilaba la producción, vendía conservas
y viajaba continuamente para descubrir nuevos y “vírgenes” mercados para sus
productos. (Dialogo).
El mismo se acercaba
a los pescadores en el muelle, negociaba el precio de compra del bonito para
sus conservas, discutía con los compradores de otras fabricas, invitaba unas
cervezas para ganarse la confianza de unos y de otros. Se enteraba “de todos
los secretos” de la bahía y llegaba a conocerlos personalmente como el más
curtido pescador. Y hasta aceptaba los retos de “a ver quién bebe más sin
desmayarse” o “al seco y voltea’o, a la moda del Callao”,
como cuando reta a Carlos Aramburu a duelo de tragos. (Dialogo).
Es así como conoció y
ganó como amigos y aliados, a Juan Sagarvarria Santessi (del
Callao); a Juan Desmaisson Smith; y a todos y a cada uno de los
jóvenes pescadores que un día no lejano serían los Patrones de sus Lanchas.
Tenía que asegurar el permanente abastecimiento de pescado para su fábrica y no
sólo comprándolo en el muelle, sino con sus propias lanchas de madera de 30 a
50 TM de capacidad en bodega y que fue comprando una a una. Se diversificaba.
Pero, no bastándole
eso, decidió que debía tener lanchas de mayor capacidad y se metió a
fabricarlas él mismo, estableciendo para ello un pequeño Astillero en Chimbote.
De allí salieron sus primeras lanchas de madera de 80 y 100 TM de capacidad en
bodega.
Un día se enteró que
el fabricar harina de anchoveta era también un buen negocio, aunque
aún “en pañales”, y que la Harina de Pescado (anchoveta) era un preciado
alimento para pollos y cerdos en Norteamérica y Europa. Y se metió también de
lleno en el negocio comprando en remate la Compañía Industrial Pesquera del
Pacífico Sur S.A., de Monterrey, en California, para luego
trasladarla integramente a Chimbote convertida en
Pesquera Humboldt S.A., su primera fábrica harinera.
Por las necesidades
propias de los negocios que empezaba a realizar, se venía a Lima, la ciudad
capital. Al principio sólo los fines de semana, para visitar a su mamá y sus
hermanos, deteniéndose a escuchar misa en alguna iglesia si era Domingo. Y una
que otra vez bajaba hasta el Callao, para ver el puerto, tomarse unas cervezas
y comerse un ceviche con los conocidos, y también para estudiar cómo iba “el
asunto”. Ello le decidió a realizar serias inversiones en el primer puerto del
Perú.
Nacieron así Compañía
Pesquera Los Ferroles S.A., una fábrica harinera ribereña camino a
Ventanilla (que cuenta con muelle propio), y Pesquera Industrial Callao S.A.
(PICSA), su segundo Astillero, en lo que en ese entonces eran las afueras del
Callao.
Su amigo
Juan Sagarvarria Santessi (chalaco de nacimiento y que tenía un
primo: Alfonso Santessi, que vendía repuestos para
vehículos Dodge en el Callao) le acompañó en ese fecundo trajinar, de
licencias y permisos, entre el ceviche y las cervezas. Ambas empresas serían
con el tiempo las más grandes, las más eficientes y las más productivas.
En sus correrías por
el Callao compartió sus negocios con los eran sus principales competidores:
Manuel Elguera Mc Parlín (con su hijo
Manuel Elguera Cantuarias);
Arturo Madueño Gonzalez (con
sus hijos Fernando Arturo, Miguel y Alina Madueño Corvetto); y
Marcos Ghio (con sus hijos: Tulio y David Ghio Massa); con
los que sostuvo una gran amistad de muchos años.
Y fue en el Callao
donde conoció también a otro provinciano: Humberto
Elías Cifuentes Ruíz (de Huancayo), que como él se inició por si
solo en los negocios, y que, trabajando con su Tío Juan Antonio de
la Cruz Vecco , establecieron primero una pequeña empresa para el
transporte autorizado de petróleo crudo, para abastecer de ese combustible a
las fábricas de Harina de Pescado del Callao (entre ellas a la de
Los Ferroles), y que después, en sociedad con su tío y también con su
cuñado el Ing. José Luis Vásquez de la Cruz, entraron también en el negocio del
abastecimiento de Anchoveta para las fábricas, con la adquisición de
cuatro Lanchas pesqueras. La oportunidad de negocios estaba allí.
El trato desde el
principio fue tan cordial que por más de diez años abastecieron primero de
petróleo crudo y después de anchoveta tanto a
Los Ferroles como a las plantas de Supe y de Pisco, con entregas
casi interdiarias de sus primeros cuatro (4) camiones que después
fueron siete (7) camiones cisterna que se iban en caravana hacia los extremos
del Departamento de Lima (del Callao a Supe o a Pisco).
Así de amical y
solidario era el hacer negocios con “Lucho” Banchero en los años del
“boom” de la pesca (los 60’s). A él sólo lo vieron y lo trataron personalmente
un par de veces, y eso fue suficiente para asegurar el abastecimiento, tener
los documentos y los permisos en regla, y cumplir con los compromisos de
entrega puntualmente, durante todos esos años.
Una vez que las cosas
estaban ya viento en popa, como se dice, Banchero estableció oficina
y departamento en el Edificio Internacional de la Av. La Colmena del centro de
Lima. Desde allí empezó a exportar la Harina de Pescado de sus fábricas a
mercados de Europa, constituyendo para
ello Humboldt International S.A. con sede en el puerto de
Hamburgo, en Alemania. Un año después y por razones de espacio muda sus
oficinas al recién inaugurado Edificio El Sol, en la misma avenida, ocupando
todo el 9no piso.
Sus operaciones de
exportación se hacen tan agresivas que despiertan la preocupación de ciertos
comerciantes ampliamente conocidos en los círculos internaciones de la
exportación de la Harina de Pescado, tanto de EEUU como de Europa y de Asia.
Ellos controlaban los mercados, los precios, las ventas, las compras, las
reglas del juego, todo. Y no pensaban ni por un micro segundo permitir que unos
neófitos e insignificantes peruanos primerizos, les arruinarán el sistema
operativo que funcionaba y estaba ya establecido.
De entre ellos, el
español Joaquín Peña y el francés Jacques Schwars, vinieron a Lima, Perú,
al otro lado del mundo, para conocer a sus competidores en su propio “hábitat”
y estudiar también sus debilidades. Frente a eso los peruanos, los grandes y
pequeños productores nacionales acordaron formar el Consorcio Pesquero del Perú
y depositar toda su confianza en “Lucho” Banchero como su
representante directo.
En el ínterin, su
astillero del Callao fabricaba ya lanchas de fierro negro de 100 TM
de capacidad en bodega, y él formaba cuatro nuevas
fábricas: Pescamar S.A. (en Supe); Pesquera ARGOS S.A.
(en Chicama y en Pisco); y Pesquera Trujillo S.A. (en Supe). No deja
de producir. Viaja a Europa con Carlos Sotomayor para negociar directamente con
los compradores y cerrarles el paso a los especuladores y monopolizadores de
mercados. Iban a “vender confianza”, no sólo harina
y Banchero convence y vende en cantidades industriales.
Logra arruinar a
Joaquín Peña con sus propias armas especulativas y acepta a
Jacques Schwars como representante del Consorcio Pesquero Peruano en
Europa. La Harina de Pescado peruana se vende “como pan caliente” en Francia,
en Alemania, en España, en Inglaterra, en Holanda y en Italia, además de en USA
y en Sudáfrica. Todos los productores peruanos ganan proporcionalmente a sus
aportes de producción y exportación. Banchero gana un pequeño
porcentaje más por intermediación.
Hasta ese momento las
exportaciones se hacían por mar desde el puerto del Callao, ahora podrían
hacerse quizás por avión desde el recién inaugurado Aeropuerto Internacional
del Callao, ubicado en la Av. Faucett, cerca de la planta de
Los Ferroles. Es en esos momentos que Banchero necesita centralizar
la administración de todas sus operaciones pesqueras y para ello constituye
Operaciones y Servicios S.A. (OYSSA), con sede en Lima, Perú, en el Edificio El
Sol.
A su vez, constituye
Empresa Periodística Nacional S.A. para publicar los Diarios “Sur” Y “Correo”,
en cadena nacional. Contrata al “Gordo”
Raúl Villarán Pasquel para que se encargue de esa labor, con
oficina en el Edificio Internacional (su primera oficina cuando él empezó al
llegar a Lima desde Chimbote, hace seis años). Para ese entonces Banchero había
establecido residencia en la Suite 7 H del Hotel Crillón, en la misma Av.
La Colmena, muy cerca de sus principales oficinas.
Un par de años
después mudaría sus oficinas al Edificio del Jirón Huancavelica y ocuparía con
OYSSA tres de sus cinco pisos, aunque tenía alquilado todo el inmueble.
En ese entonces se
consideraba al norteamericano Harvey Smith como el productor
pesquero No. 1 del mundo porque tenía 6 fábricas harineras, 60 lanchas de gran
capacidad y un avión privado. Y fue a él a quién Banchero acudió para
solucionar un pequeño problema de dinero y liquidez. Fue a proponerle
establecer una Fábrica Harinera en el Callao y para su propio abastecimiento
ofreció construirle, en su astillero PICSA, unas doce lanchas de fierro de
120 TM de capacidad en bodega. Le pagaron al contado por las seis primeras y
pactaron el saldo para amortizarlo al efectuarse la entrega de cada una de las
restantes.
Y Banchero seguía
constituyendo fábricas y empresas: Cadena Envasadora San Fernando S.A.; Conservas
Miramar S.A.; Pesquera San José S.A.; S.A. de Pesca y Envase
Chimbote; Empresa Editora Albatros.A. y no deja de producir. Su astillero
PICSA del Callao fabricaba lanchas de fierro de 180 TM en bodega y
planeaban pasar la barrera de las 200 TM. En un solo
año Banchero destronó a Harvey Smith como 1er
productor pesquero del mundo, tenía ya 8 fábricas harineras, 2 fábricas
conserveras, 130 lanchas, 2 astilleros, una cadena de diarios y dos aviones
privados.
El y sólo él había
colocado al Perú como el No. 1 en la lista de productores de Harina de Pescado
de todo el mundo, y sin embargo, aquí en el Perú se le echaba la culpa de toda
adversidad por pequeña que esta sea, y no sólo las relacionadas con la pesca.
Fue por eso que en Febrero de 1967 se presentó en televisión en un programa que
fue retransmitido hasta más allá de las fronteras del Perú. Todos querían
conocer a “ese” que aparentemente tenía la culpa de todo lo malo que sucedía en
el país.
Y todos los que le
vieron y oyeron quedaron sorprendidos de lo mucho que conocía de su negocio la
pesca, de leyes, de tratados internacionales, de las 200 millas, de recursos
naturales no explotados, de producción, de costos/beneficios, de trabajo, de
inversiones, de empleo, de políticas, etc. Habló de todo, lo explicó todo y
convenció. Quizás esa noche se ganó más enemigos de los que ya tenía, pero el
número de sus amigos de seguro que se multiplicó.
El
asesinato de Luis Banchero Rossi en su casa de campo en Chaclacayo, el
1/1/1970, provocó muchas especulaciones. La policía insistía en que este era un
caso resuelto, pues Juan Vilca Carranza, el hijo del jardinero –un muchacho
esmirriado de 19 años y 1.50 m. de estatura detenido en la misma casa del
crimen– se declaró el único culpable del homicidio de un hombre de 1.80 m. que
practicaba karate. Según Vilca, mató a Banchero por la envidia que le tenía y
por su entusiasmo por la compañera romántica de éste, María Eugenia Sessarego.
A lo largo del juicio Vilca se dedicó a confundir deliberadamente las cosas,
señalando sucesivamente a M.E. Sessarego como instigadora, cómplice y víctima
del crimen.
Caretas consignó que unos creían que Banchero había sido asesinado por la junta militar de Velasco porque se oponía a la estatización de la pesca, versión que la revista rechazó con una muy buena razón: Banchero acababa de recibir un importante crédito del gobierno; no parecía pues que estuviera enfrentado con él sino al contrario. Por otra parte los militares estatizaron virtualmente todo y nunca necesitaron utilizar la violencia; no había razones para que la pesca representara un escenario diferente. Mayores sospechas levantaba en cambio el apoyo que miembros del gobierno militar peruano dieron a Barbie para fugar y refugiarse en Bolivia.
Caretas incluyó la versión que se señalaba a Klaus Altmann –quien radicaba en la casa de Friedrich Schwend, cerca de la residencia de Banchero– como el asesino, pero, con la información entonces existente, juzgó que esta era una versión “novelesca”. Las cosas adquirieron, sin embargo, otro cariz una década después, cuando Gustavo Sánchez Salazar –el viceministro boliviano que detuvo a Altmann/Barbie y lo entregó a la justicia francesa en enero de 1983– afirmó que los documentos que le incautaron mostraban su participación en el asesinato del empresario peruano.
¿Qué razones podría tener Altmann/Barbie para asesinar a Banchero Rossi? ¿Hubo alguna relación entre ambos personajes? La investigación judicial entonces realizada no aporta nada sobre el tema. Sin embargo, pueden formularse algunas hipótesis cruzando retazos de información que permanecen dispersos.
Un dato clave es aportado por el cazador de nazis Serge Klarsfeld, quien declaró, en una entrevista concedida a Marcel Ophuls, que entre noviembre y diciembre de 1971 recibió una carta firmada por Luis Banchero y Herbert John, confirmándole que Altmann y Barbie eran la misma persona. Esta carta permitió desenmascarar al nazi y Banchero fue asesinado pocos días después de que estos hechos se hicieran públicos. Serge y su esposa Beate Klarsfeld (quien vino al Perú y fue hasta Bolivia para desenmascarar al nazi) creyeron desde un principio que Barbie era el asesino.
La cadena de sucesos que desembocó en la tragedia comenzó cuando el fiscal alemán Manfred Ludolph –quien estaba por declarar la prescripción de los crímenes de Barbie en Alemania cuando intervinieron los Klarsfeld– entregó a Beate dos fotografías: una de Barbie con su uniforme de comandante SS, tomada en 1943, y otra de un grupo de hombres de negocios fotografiados en La Paz en 1968, uno de los cuales parecía un Barbie avejentado. Barbie era clave para los Klarsfeld, pues permanecía fugitivo después de haber sido condenado en ausencia a la pena de muerte en Francia, dos veces. La prescripción de sus crímenes podría representar la impunidad para otros nazis.
Beate logró publicar las dos fotografías en periódicos franceses y alemanes, pidiendo información a sus lectores. Hojeando el Suddeutsche Zeitung de Munich, Herbert John, un hombre de negocios alemán instalado en el Perú, que trabajaba en una empresa de Banchero, reconoció a Barbie escondido bajo la identidad de Klaus Altmann, a quien había conocido en la casa de Chaclacayo de Friedrich Schwend, el socio del “Carnicero de Lyon”. Su descubrimiento fue clave para desencadenar los acontecimientos que concluyeron con Luis Banchero salvajemente apuñalado y con el cráneo destrozado. ¿Por qué firmó Luis Banchero Rossi la carta en la que Herbert John informó a los Klarsfeld que Altmann y Barbie eran la misma persona?
Caretas consignó que unos creían que Banchero había sido asesinado por la junta militar de Velasco porque se oponía a la estatización de la pesca, versión que la revista rechazó con una muy buena razón: Banchero acababa de recibir un importante crédito del gobierno; no parecía pues que estuviera enfrentado con él sino al contrario. Por otra parte los militares estatizaron virtualmente todo y nunca necesitaron utilizar la violencia; no había razones para que la pesca representara un escenario diferente. Mayores sospechas levantaba en cambio el apoyo que miembros del gobierno militar peruano dieron a Barbie para fugar y refugiarse en Bolivia.
Caretas incluyó la versión que se señalaba a Klaus Altmann –quien radicaba en la casa de Friedrich Schwend, cerca de la residencia de Banchero– como el asesino, pero, con la información entonces existente, juzgó que esta era una versión “novelesca”. Las cosas adquirieron, sin embargo, otro cariz una década después, cuando Gustavo Sánchez Salazar –el viceministro boliviano que detuvo a Altmann/Barbie y lo entregó a la justicia francesa en enero de 1983– afirmó que los documentos que le incautaron mostraban su participación en el asesinato del empresario peruano.
¿Qué razones podría tener Altmann/Barbie para asesinar a Banchero Rossi? ¿Hubo alguna relación entre ambos personajes? La investigación judicial entonces realizada no aporta nada sobre el tema. Sin embargo, pueden formularse algunas hipótesis cruzando retazos de información que permanecen dispersos.
Un dato clave es aportado por el cazador de nazis Serge Klarsfeld, quien declaró, en una entrevista concedida a Marcel Ophuls, que entre noviembre y diciembre de 1971 recibió una carta firmada por Luis Banchero y Herbert John, confirmándole que Altmann y Barbie eran la misma persona. Esta carta permitió desenmascarar al nazi y Banchero fue asesinado pocos días después de que estos hechos se hicieran públicos. Serge y su esposa Beate Klarsfeld (quien vino al Perú y fue hasta Bolivia para desenmascarar al nazi) creyeron desde un principio que Barbie era el asesino.
La cadena de sucesos que desembocó en la tragedia comenzó cuando el fiscal alemán Manfred Ludolph –quien estaba por declarar la prescripción de los crímenes de Barbie en Alemania cuando intervinieron los Klarsfeld– entregó a Beate dos fotografías: una de Barbie con su uniforme de comandante SS, tomada en 1943, y otra de un grupo de hombres de negocios fotografiados en La Paz en 1968, uno de los cuales parecía un Barbie avejentado. Barbie era clave para los Klarsfeld, pues permanecía fugitivo después de haber sido condenado en ausencia a la pena de muerte en Francia, dos veces. La prescripción de sus crímenes podría representar la impunidad para otros nazis.
Beate logró publicar las dos fotografías en periódicos franceses y alemanes, pidiendo información a sus lectores. Hojeando el Suddeutsche Zeitung de Munich, Herbert John, un hombre de negocios alemán instalado en el Perú, que trabajaba en una empresa de Banchero, reconoció a Barbie escondido bajo la identidad de Klaus Altmann, a quien había conocido en la casa de Chaclacayo de Friedrich Schwend, el socio del “Carnicero de Lyon”. Su descubrimiento fue clave para desencadenar los acontecimientos que concluyeron con Luis Banchero salvajemente apuñalado y con el cráneo destrozado. ¿Por qué firmó Luis Banchero Rossi la carta en la que Herbert John informó a los Klarsfeld que Altmann y Barbie eran la misma persona?
.
II. CRONOLOGÍA DEL CASO:
2.1.1929
Nacimiento de Banchero Rossi.
2.2.1946 su
primer negocio.
2.3.1956 fallece
manucci y banchero cambio sus acciones.
2.3.1960 el empresario imperial en pesquería…capitán del
boom
2.4.1970
presenta su tesis “proyecto de planta de congelación y conserva de tunidos”
universidad de Trujillo.
2.5.1972 cruel
asesinato de Banchero Rossi en Chaclacayo.y a la vez el inicio de su investigación.
III. ANÁLISIS DE CASO
3.1. Argumento 1:Un ilustre hijo empresario peruano nace en Tacna en 1929. Y siendo muy
joven a sus 17 años viaja a Trujillo para continuar sus estudios y ganarse la
vida mediante el trabajo es asi como se conoce con grandes personajes que en el futuro han sido sus trabajadores en
sus empresas pesqueras también en la fabrica de lanchas en 1956 se hace un
empresrio legal y reconocido para el Peru
y uno de los grandes de la historia en la exportación pesquera.
3.2. Argumento 2:En 1972 el primer dia dea del año pensó pasar buenos días en su casa de
Chaclacayo con su amante y secretaria Maria Eugenia Sassarego pues asi cuando
el empezaba su primer dia de año el destino se encargaba de de terminar con
este exitoso empresrio.
Pues en su casa
afueron totalmente golpeado y asesinado el empresrio y esto fue hecho por juan
vilca el hijo del jardinero de Banchero. Es asi como muere apuñalado y con el
cráneo destrozado.
3.3. Argumento 3: En ese año se comienza la investigación de este caso hasta llegar a saber
la verdad pues asi imvetigando a empresarios que trabajaban con Banchero como a Klaus Altmann –quien radicaba en la casa de
Friedrich Schwend, cerca de la residencia de Banchero. Y muchos empresarios
mas de su entorno .
IV. CONCLUSIONES:
4.1 Juan Vilca
Carranza, el hijo del jardinero –un muchacho esmirriado de 19 años y 1.50 m. de
estatura detenido en la misma casa del crimen– se declaró el único culpable del
homicidio de un hombre de 1.80 m. que practicaba karate. Según Vilca, mató a
Banchero por la envidia que le tenía y por su entusiasmo por la compañera
romántica de éste, María Eugenia Sessarego. A lo largo del juicio Vilca se
dedicó a confundir deliberadamente las cosas, señalando sucesivamente a M.E.
Sessarego como instigadora, cómplice y víctima del crimen.
4.2. Klaus Altmann, a quien había conocido en la casa de Chaclacayo de
Friedrich Schwend, el socio del “Carnicero de Lyon”. Su descubrimiento fue
clave para desencadenar los acontecimientos que concluyeron con Luis Banchero
salvajemente apuñalado y con el cráneo destrozado. ¿Por qué firmó Luis Banchero
Rossi la carta en la que Herbert John informó a los Klarsfeld que Altmann y
Barbie eran la misma persona?
..
V. ANEXOS
5.1. Anexo 01:NINGUNO.
5.2. Anexo 02:NINGUNO.
.
.
VI. BIBLIOGRAFÍA
6.1. “muerte de un magnate”
6.2.www revista caretas década de los 70.
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